
En cierta ocasión,le robaron a un paisano una moneda de oro, que había dejado olvidada en un chaleco, al cambiarse de ropa.
Como solamente sus peones podían haberle registrado el chaleco,era natural que desconfiara de ellos;pero ¿como descubrir el culpable?
Después de meditar un rato,llamó a sus empleados y les dijo:"Me han robado,en mi casa,una moneda de oro, y deseo tener la seguridad de que ustedes no son los culpables de esa falta.
Para ello es necesario que se sometan,ahora mismo , al fallo de una oveja que poseo.Este animal prodigioso-agregó el paisano con voz grave-cuando una persona culpable le pasa la mano sobre el lomo,se la deja manchada de negro."
Inmediata mente ordenó a las peones que, uno a uno,entraran en un aposento obscuro, preparado al efecto, y en donde se encontraba el milagroso animal.
Cada cual debía pasar la mano sobre el lomo de la oveja,que el paisano había tenido la precaución de frotar,anticipadamente con carbón en polvo.
A medida que los peones salían del cuarto obscuro,el amo les revisaba las manos.Todos se sorprendían al verlas ennegrecidas,menos uno de ellos,que mostraba con orgullo sus manos blancas.
A este le dijo el paisano:"Tú eres el ladrón,pues fuiste el único que,por temor del castigo,no has tenido valor suficiente para someterte a la prueba de la oveja,que ennegrece las manos culpables"