

Esta es la historia de un búfalo y un yak.
Los dos animales tienen en común su capacidad de
resistencia y solidez.
Ambos bovinos, pero el búfalo habita en las planicies y en montañas de media altura, en tanto que el yak mora en las altiplanicies y, por tanto,en lugares de notable altura.
Y de aquí, porque así es el juego caprichoso de la vida, que un búfalo y un yak se hicieran amigos.
Entonces comenzaron el problema para ambos.
¿POR QUÉ?Pues porqué cuando el búfalo acudía a visitar al yak a sus moradas, se sentía mareado, cansado y, en suma, padeciendo el desagradable mal de alturas, y cuando el yak iba a visitar al búfalo a sus tierras, se sentía
alicaído,
víctima de un calor insoportable.
Búfalo y yak que quejaban.
Les unían estrechos lazos de amistad, pero cada vez que uno visitaba al otro en verdad que la cosa se complicaba.
Estaban en juego, incluso la salud de ambos.
-Pero yo, hermano yak, no quiero dejar de verte-dijo tristemente el búfalo.
-Amigo búfalo, tampoco yo querría nunca dejar de verte a ti.
¿Que hacer?
¿Como resolver el problema?
El búfalo y el yak consultaron a un ermitaño.
Estaban muy apenados.El ermitaño dijo:-No os preocupéis, amigos mios .Lo importante es siempre encontrar el punto del
EQUILIBRIO.
-¿El punto del equilibrio?-¿en qué nos puede ayudar eso?
En el punto del equilibrio siempre está la repuesta.
Buscad
conjunta mente el terreno del medio en el que
podéis reuniros, cediendo cada uno un poco, pero sin extremarse.
Que el yak baje hasta donde le sea posible sin
perjudicarse y que el búfalo suba hasta dónde pueda sin dañarse.
En esa franja de tierra os encontraréis.
El búfalo y el yak no sólo encontraron su repuesta, sino que también
habían descubierto dos cosas muy importantes:EL
VALOR DE LA AMISTAD Y LA DOCTRINA DEL EQUILIBRIO.