atardecer en Punta del Este(Uruguay)
El que no considera lo que tiene,
como la riqueza más grande del mundo.
Es desdichado por más que sea "el dueño del mundo"
Epicureo.
Me alegra que llegaras hasta mi lugar bienvenid@s amig@s, los invito a pensar, reír, reflexionar ...
atardecer en Punta del Este(Uruguay)
El que no considera lo que tiene,
como la riqueza más grande del mundo.
Es desdichado por más que sea "el dueño del mundo"
Epicureo.
En marzo siempre tenemos calor los primeros días pero lo que estamos pasando ahora en toda mi vida no lo recuerdo.
Hay 40 grados y es imposible caminar por las calles,queman.
Llega la noche y no se descanza,baja apenas unos grados y el ruido del aire acondicionado no es muy buen arrullo.
Dicen los que dicen que saben que quedan dos o tres días para volver a la realidad.
Hay sequías extremas,las frutas y verduras han subido los precios de manera nunca vista.
Los animales del campo sufren una enormidad.
Bueno no quiero aburriles con tanta queja,pero es que la verdad ganas de escribir o postear algo son pocas en estos momentos.
Decirles que siempre estoy y que por suerte bien a pesar de,es lo que toca,abrazos.
Fiaris.
En una plaza pública había un señor que decía ser adivino y la gente le consultaba sobre lo que ocurriría en el futuro. Pero un día un vecino del adivino se le acercó y le dijo que unos ladrones habían entrado en su casa y que le habían robado todo. El adivino, desesperado, salió corriendo, pero un hombre lo frenó y le preguntó: “Si eres adivino, ¿cómo no sabías que te iban a robar?”. El adivino no supo qué contestarle.
Esta es una fábula de Esopo, un griego que vivió entre 600 a. C. y 564 a. C., y, por lo tanto, contiene una moraleja: nadie puede realmente conocer el futuro.
Cuenta una antigua fábula budista que hace mucho tiempo, en un monasterio lejano, ubicado en una ladera casi inaccesible de una montaña del Himalaya, uno de los monjes budistas más ancianos falleció. Tenía un puesto importante, ya que era el guardián, y algún otro monje debía quedarse con su puesto de trabajo. Pero no era fácil. Debía ser un monje que reuniera las características adecuadas.
Así que el Gran Maestro reunió a todos sus discípulos para comprobar quién podría ejercer tal honroso puesto. En una amplia sala, todos los discípulos se sentaron frente al Gran Maestro. Él colocó una pequeña mesita en medio de la sala y encima de ella un hermoso jarrón de porcelana. En el jarrón colocó unas preciosas flores amarillas. Entonces dijo:
– He aquí el problema: asumirá el honroso puesto de Monje guardián quien lo resuelva.
Todos se quedaron absortos, mirando en silencio el hermoso jarrón. ¿Qué representaría? ¿Dónde estaba el problema? ¿Necesitaría agua la flor? ¿Representaría la belleza de la Naturaleza? ¿O la tentación del hombre? ¡Eran demasiadas preguntas!
Pero entonces, uno de los discípulos se levantó decidido. Sacó su espada, miró a los discípulos y al Gran Maestro y de un solo golpe, rompió el jarrón y las flores. Los demás se quedaron horrorizados, pero el Gran Maestro dijo:
– Aquí tenemos a alguien que no solo ha adivinado el problema, sino que además lo ha resuelto y ha terminado con él. Honremos a nuestro nuevo guardián del monasterio.
Moraleja: «No importa cómo sea el problema. Lo que importa es acabar con él».
Así es amigos mios los calores que estamos pasando por estas zonas
son sofocantes,realmente no dan ganas de hacer más que lo imprecindible.
Es por ese motivo que no ando mucho blogueando.
Hoy aquí encerrada y con el aire acondicionado prendido,lograré darme una vuelta por las casas de los amigos.
Pongo esta foto del jardín,para muestra de lo bien que se ven las flores a la tardecita y al otro día ya estan marchitas,una pena de verdad.
Bueno cariños a todos y nos seguimos leyendo.
Fiaris.