
Se enfrenta al espejo una noche más de su tórrida vida.
Demacrada,oscura.
Debe verse bien,comienza a poner sobre si esa máscara que noche a noche la hace parecer,radiante,hermosa,apetecible a los demás.
Toma su bolso,en el guarda su rabia,su tristeza y su soledad,se larga andar por las calles sin rumbo.
No tarda quien la levante en su coche y comienza a (ganar) el pan,el pan que dará a sus hijos mañana al despertar.
Quizás a algun@ le sorprenda este microrrelato distinto de la temática habitual del blog,pero es que son cosas reales que ahí están.
Fiaris.