Conoces la expresión que dice:"cuando un dedo apunta a otro (para criticarlo o señalarle una falta) hay tres dedos que te están señalando a ti.
Es reconocer que lo que vemos en el otro es un reflejo de una parte de nosotros que no podemos ver.A veces es literal y a veces no. Y es ahí donde se presenta la dificultad.
Se que a algunas personas no les gustará lo que escribo puede resultar les irritante e incomprensible, sólo léanlo y déjenlo ahí hasta el momento propicio.
Es un tema (el espejo, para otros la proyección)que lleva largo tiempo de estudio y de práctica, pero no puedo dejar de mencionarlo porque si no sería un tema incompleto.
Todos en determinado momento manifestamos ciertas cualidades que pueden no ser las mejores, pero es difícil verlas porque cuando niños significo la desaprobación de nuestros seres queridos.Esto hizo que nos fuéramos auto engañando y dejando de ver esos aspectos que sólo con reconocerlos nos haría crecer y dejar de criticar al otro.
Para finalizar una antigua historia que cuenta:Un día un elefante fue a beber agua al río.Al verse reflejado en el agua, creyó que había allí otro elefante y huyó despavorido.
Creía que el otro elefante lo había asustado y no sabía que se había asustado de sí mismo.
Todos los defectos que podemos observar en los demás existen de un modo u otro,en nosotros mismos, lo que ocurre es que ya estamos tan acostumbrados a que moren en nosotros , que no nos molestan.
Pero cuando lo vemos en los demás se despiertan en nuestro interior y nos asustamos de lo imperfectos que somos.
La excelente imagen que teníamos de nosotros mismos comienza a peligrar y automáticamente, nos ponemos a juzgar lo que vemos en los otros.
Recuerda: la vida es como un río siempre dispuesta a devolvernos nuestra imagen.
Si no huimos de nosotros mismos, nuestro reflejo dejará de molestarnos en los demás,y en todas circunstancias seremos capaces de reconocernos tal cual somos.