Desde el jardín.

12 nov 2015

Granadas para curar.





Un estudiante fue con un maestro para aprender el arte de curar. Vieron venir a un paciente y el maestro dijo:

-Este hombre necesita granadas para curar.


El estudiante recibió al paciente y le dijo:

-Tiene usted que tomar granadas, es todo lo que necesita.

El hombre se fue protestando y probablemente no consideró en serio el consejo. El estudiante corrió a su maestro y preguntó qué es lo que había fallado. El maestro no dijo nada y esperó a que de nuevo se dieran las circunstancias.

Pasó un tiempo y el maestro dijo de otro paciente:

-Ese hombre necesita granadas para curar, pero esta vez seré yo quién actúe.

Le recibió y se sentaron, hablaron de su familia, de su trabajo, de su situación, dificultades e ilusiones. El maestro con aire pensativo dijo como para sí mismo:

-Necesitarías algún fruto de cáscara dura, anaranjada, y que en su interior contenga granos jugosos de color granate.

El paciente interrumpió exclamando:

-¡Granadas!, ¿y eso es lo que podría mejorarme?.

El paciente curó y el estudiante tuvo una ocasión más para aprender.

El remedio es la mitad de la cura, la otra mitad es la respuesta de aquel a quien se cura.

Cuento Sufí

7 comentarios:

  1. Fiaris, completamente de acuerdo con esta historia...Hace tanto la fé y la voluntad de curarse como el tratamiento...El ánimo es fundamental y curativo.
    Mi abrazo y mi cariño, amiga.
    M.Jesús

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  2. Bien, mientras no sean granadas de esas de mano que explotan.

    Besos.

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  3. Cuán primordial es la fe en el remedio y la actitud.
    Un fuerte abrazo, Fiaris.

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  4. Jaja, tiene que ser él quien elija jaja un abrazo

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  5. Interesante historia, como es de difícil el ser humano.

    Saludos Fiaris.

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  6. Me ha encantado el cuento, tanto es así que con tu permiso te lo cojo prestado para publicarlo en mi blog (si no te importa claro). Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

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Fiaris por decisión propia bloguera por casualidad.