Un pescador encontró entre sus redes una botella de cobre con el tapón de plomo. Parecía muy antigua.
Al abrirla salió de repente un genio maravilloso que una vez liberado le dijo al pescador:
-Te concedo tres deseos por haberme sacado de mi encierro.
Al abrirla salió de repente un genio maravilloso que una vez liberado le dijo al pescador:
-Te concedo tres deseos por haberme sacado de mi encierro.
¿Cuál es tu primer deseo?
-Me gustaría que me hicieras lo bastante inteligente
y claro como para hacer una elección
perfecta de los otros dos deseos -dijo el pescador.
-Hecho -dijo el genio-, y ahora, ¿cuáles son tus otros dos deseos?
El pescador reflexionó un momento y dijo:
-Muchas gracias, no tengo más deseos.
-Hecho -dijo el genio-, y ahora, ¿cuáles son tus otros dos deseos?
El pescador reflexionó un momento y dijo:
-Muchas gracias, no tengo más deseos.
Y que poco se valora la capacidad de los seres humanos por aca
ResponderEliminarGracias por la visita viste que parece que empeora el fin de semana, asi que aprovechemos estos dias
Cariños mil
VERTICAL POST!!!!! ME TRAMA.
ResponderEliminarABRAZOS
Ya tenía bastante; la avaricia rompe el saco.
ResponderEliminarBesos Alfa.
Realmente es que con la inteligencia no se necesita más.
ResponderEliminarUna gran lección, aprendamos de ella. Abrazos
ResponderEliminarYa consiguió lo mejor de lo mejor.
ResponderEliminarBesos.
Una persona inteligente de verdad, necesita poco. Un abrazo
ResponderEliminarQué sorprendente elección! Un abrazo.
ResponderEliminarRealmente, si somos inteligentes...Sabremos ver que, tenemos cerca todo lo que necesitamos para superarnos y ser felices.
ResponderEliminarMe encantó, Fiaris.
Mi abrazo y mi cariño, amiga.
No se no se, no sabemos si se arrepintió jajajajaj, un beso
ResponderEliminarInteresante y aleccionador¡ Gracias!
ResponderEliminar