Era un maestro que durante toda su vida había intentado inculcar a sus discípulos distintos valores importantes para su vida. En esta ocasión había decidido instruir a dos de ellos acerca de lo importante que es el desapego.
-Jóvenes, os voy a decir algo muy importante, que no debéis olvidar jamás. No os dejéis nunca atrapar por los apegos.
Uno de los jóvenes comprendió perfecta mente, pero el otro todavía hacía distinción entre apegos grandes y pequeños, y entre diferentes objetos de apego. “Creo que no todo apego perturba o esclaviza; depende de los objetos o asuntos a los que te apegues”, decía.
Entonces el maestro cogió un hilo, lo enrolló al cuello del que así se expresaba y empezó a apretar con mucha fuerza.
-¡Maestro, detente! ¡Vas a matarme!
El maestro se detuvo. Mostró el hilo a su alumno: era un delicado hilo de seda. Y le dijo:
-Recuerda que hasta un delicado hilo de seda puede quitarte la vida.
Hermoso! de una sutil belleza
ResponderEliminarGracias
lidia-la escriba
Y qué verdad es; eso no era un maestro, era un genio con mayúsculas.
ResponderEliminarBesos Alfa.
Vaya con el maestro eh...
ResponderEliminarBesos.
Difícil de explicar hoy en día, el maestro seria acusado de maltrato y la buena leccion se perdería. Abrazos
ResponderEliminarUn cuento para reflexionar.
ResponderEliminarBesos 📖
Hay maestros y maestros, unas letras para la reflexión.
ResponderEliminarFeliz jueves fiaris.
Besos.
La juventud de hoy en día ha cambiado mucho, buen maestro lo importante es hacerse entender :) besos
ResponderEliminarUna gran lección.
ResponderEliminarBesos, Fiaris.
Cuentos que miman el alma y dejan enseñanzas de gran valor
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Cariños
Una gran verdad esta reflexión, porque hasta el hilo más fino puede ahogarnos si nos dejamos llevar por el apego.
ResponderEliminarUn beso grande!
Uuuuuy si a veces la suavidad te puede matar o esclavizar, depende de cuan sutil la trama, un abrazo Fiaris me encanto!!
ResponderEliminar¡Qué ingenioso y sutil, el maestro! Muy buena lección de por vida.
ResponderEliminarBesos, Fiaris