Te levantas,te duelen todos los huesos,
el frío esta instalado,pero brilla el sol.
Desayunas,haces algo por aquí,por allá.
Y decides ir a encontrarte con el sol
sabes que mucho no durará,
es invierno hay que aprovechar.
En pocos minutos estas allí,
donde te gusta,a orilla del mar,
con el sol entibiando tu cuerpo.
Eso alcanza para cargar pilas ,
una caminata y ¡adiós dolor se te olvidó!
Se trata de vivir y disfrutar día a día.
Fiaris.
Me gustaría poder caminar junto al mar, lo cura todo hasta las tristezas, no solo el dolor, Abrazos
ResponderEliminarA mi no me hables de huesos, que me duele hasta le lengua, jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Hola Fiaris, así es, estemos como estemos debemos disfrutar del momento, que envidia poder pasear por la playa:)
ResponderEliminarBesos.
Qué bonito estar a la orila del mar en invierno con el sol etibiando tu cuerpo. Es una imagen tan plástica que la he visto en vez de leerla.
ResponderEliminarTú sí que sabes disfrutar de tus días, como debe ser.
Inmenso abrazo, Fiaris
En invierno se agradece esos momentos.
ResponderEliminarBesos, buen fin de semana 🌻
:)
ResponderEliminarEl sol cura muchas cosas.
Besos.
Yo nunca he entendido por qué yo no nací en un pueblo a la orilla del mar. Y me quedan tan pero tan lejos las playas, que sólo de vacaciones. Y me doy vuelo cuando puedo hacerlo. Andar hasta que ya no puedo dar un paso más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, caminar a la orilla del mar lo cura todo.
ResponderEliminarUn beso grande.