Un grupo de ranas viajaba por el bosque cuando dos de ellas cayeron a un pozo profundo. Todas las demás ranas se juntaron alrededor del pozo. Al ver la profundidad del pozo, les dijeron a las desafortunadas ranas que nunca podrían salir. Las dos ranas hicieron caso omiso de los comentarios e intentaron saltar fuera del pozo.
Las otras ranas les decían que se detuvieran, que era como si ya estuvieran muertas. Finalmente, una de ellas hizo caso a lo que decían las otras ranas y sencillamente desistió. Se desplomó y murió.
La otra rana siguió saltando con todas sus fuerzas. Una vez más, la multitud de ranas le gritaban que dejara de sufrir y que muriera. Saltó aún más fuerte y finalmente logró salir. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "¿Por qué has seguido saltando? ¿No nos has oído?".
La rana les explicó que era sorda. Creyó que le estaban animando todo el tiempo.
Esta historia encierra dos lecciones:
1. Hay poder de vida y de muerte en la lengua. Una palabra de aliento a quien se siente abatido, puede levantarlo y ayudarlo asuperar el día.
2. Una palabra destructiva hacia alguien que está deprimido puede ser lo único que se precise para matarlo. Ten cuidado con lo que dices. Inspira vida a los que se crucen en tu camino.
El poder de las palabras ... Es difícil de comprender que una palabra de aliento pueda llegar tan lejos. Cualquiera puede pronunciar palabras que le quiten a otro el ánimo para resistir en tiempos difíciles.
Especial es aquel que emplea su tiempo para motivar a otro.
Si, las palabras tienen un gran poder 👍
ResponderEliminarSiempre positivas :)
Abrazos, amiga
Así es .
ResponderEliminarCuán cierta es esta historia! Sí, las palabras de desaliento matan en vida. Y las palabras motivadoras pueden ayudar mucho más de lo que pensamos. Hay que tener cuidado con lo que se dice, en qué momento se dice y a quién se le dice...
ResponderEliminarCariños para vos y la familia, querida Fiaris.
Conocía el cuento. Tiene mucha enjundia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una palabra puede ayudar o herir. Me gusto la historia de las ranas. Te mando un beso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs una gran lección. Un beso
ResponderEliminarSiempre hay que alentar...
ResponderEliminarAbrazo.
Buena enseñanza para aquellos que no creen en el poder de las palabras, unas palabras que dichas en momentos inoportunos pueden llegar a matar.
ResponderEliminarSaludos
Me ha gustado mucho el mensaje.
ResponderEliminarBesos.
Muy bueno, es una enseñanza. Las palabras tienen mucha fuerza. Un abrazo
ResponderEliminarQué importante es utilizar las palabras para ayudar, siempre ayudar y apoyar a los demás...Todo lo que damos vuelve, hay que tenerlo en cuenta...Gracias Fiaris.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi cariño.
Hola Fiaris, es una buena enseñanza la que nos dejas, las palabras segun como se digan y cuando se digan ayudan o pueden herir mucho.
ResponderEliminarBesos.
Gran relato y lección. Así es amiga las palabra ayudan y también hieren. Mejor nos quedamos con las que ayudan.
ResponderEliminarBuen final de agosto y llegada de septiembre.
Un abrazo.
Hola Fiaris, preciosa reflexión. Las palabras son hermosas cuando acarician la parte del corazón dolorido, ese resquicio que nadie vio antes, esa infinita y poderosa avalancha de emociones que surgió un día y no pudimos parar. Es a través de las palabras, algunas personas están siempre apoyándote, estando siempre para ti cuando la vida se te pone difícil, te abrazan con el corazón a través del cariño muchas veces a través de la distancia. Eso también es una forma de estar siempre presentes.
ResponderEliminarUn calido abrazo.
La importancia de las palabras y su interpretación, gran poder tienen.
ResponderEliminarMuchos besos.
Buen consejo. A veces hay que hacer como esta rana y hacerse el sordo, nomás. Como dice el dicho popular, "a palabras necias, oídos sordos". Va un abrazo, Fiaris.
ResponderEliminarQue bonita historia!
ResponderEliminarQue linda historia
ResponderEliminarUn gran ejemplo, decir las palabras con tacto puede hacer mucho bien.
ResponderEliminarAbrazos.
Es muy buen mensaje, querida Fiaris. Hay que procurar que nuestras palabras sean estimulantes para las personas que las reciban, como nos gustaría que fueran para nosotras.
ResponderEliminarBesos.