El primer día el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.Las semanas que siguieron,a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.Descubrió que era mas fácil controlar el genio que clavar los clavos.
Llegó el día en que pudo controlar su caracter durante todo el día .Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su caracter.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.Le dijo:Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta.Nunca más será la misma.
Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que ves aquí.
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo desvastará, y la cicatriz perdurará para siempre.Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
Una profunda lección. Gracias por recuperarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto que siempre quedan cicatrices.
ResponderEliminarIncluso después de perdonar.
Besos.
Con moraleja, muy bueno y para muchos además muy útil. Un abrazo
ResponderEliminarMuy cierto. Un beso
ResponderEliminarLas buenas lecciones hay que repetirlas !
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Buena enseñanza, puedes pedir perdón, pero el mal ya está hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué tremenda lección. Un aplauso por cada clavo clavado y desclavado. Todo es enseñanza en esta historia. No tiene desperdicio. Va un abrazo, Fiaris.
ResponderEliminarMuy sabio el padre. Eligió una buena manera de mostrar gráficamente a su hijo el daño que hacía con su mal carácter. Y de paso, logró disminuirlo. ¡Buena historia!
ResponderEliminarBesos
Un cuento con sabiduría.
ResponderEliminarToda la razón 👍
Abrazos.
Gran leccón le dió el padre. Bien por reeditarlo
ResponderEliminarUn abrazo.
Profunda reflexión. Es duro controlar el carácter. Aunque es algo que debemos hacer. Te mando un beso.
ResponderEliminarMuy bueno, Fiaris...Hay que tener cuidado con los enfados y faltas de respeto, porque eso nos marca a todos...La historia es muy buena. Gracias, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi ánimo.
Excelente enseñanza, que se debería tener en cuenta antes de cometer un daño irreparable.
ResponderEliminarCariños para vos y la familia.
Un buen cuento con moraleja. Quién sabe si mi Eva agresiva se hubiera suavizado un poco si se lo hubieran contado de niña...
ResponderEliminarUn beso de paz.