10 oct 2022

El perro y el reflejo.




 Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo.

Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre.

Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente.

Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo.

8 comentarios:

  1. Muy cierto Fiaris, la codicia tan en boga hoy día es de las peores compañías.
    Un gran abrazo, amiga.

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  2. El décimo mandamiento de la Ley de Dios. Abrazos

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  3. Pecado capital muy español el de la envidia.
    Un abrazo.

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  4. Hay un refrán que dice "La avaricia rompe el saco", el quería más y todo para el.

    Saludos

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  5. Siempre nos recuerdas buenas enseñanzas. Abrazos.

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Tus comentarios me importan mucho gracias por dejarlos

Fiaris por decisión propia bloguera por casualidad.