Ahora sí con todo en orden regreso a los blogs,se extrañaba.
EL SABIO Y EL ESCORPIÓN.
""Había una vez un sabio monje que paseaba junto a su discípulo en las orilla de un río. Durante su caminar, vio como un escorpión había caído al agua y se estaba ahogando, y tomó la decisión de salvarlo sacándolo del agua. Pero una vez en su mano, el animal le picó.
El dolor hizo que el monje soltara al escorpión, que volvió a caer al agua. El sabio volvió a intentar sacarlo, pero de nuevo el animal le picó provocando que le dejara caer. Ello ocurrió una tercera vez. El discípulo del monje, preocupado, le preguntó por qué continuaba haciéndolo si el animal siempre le picaba.
El monje, sonriendo, le respondió que la naturaleza del escorpión es la de picar, mientras que la de él no era otra que la de ayudar. Dicho esto el monje tomó una hoja y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del agua y salvarlo sin sufrir su picadura".
Otro cuento procedente de la India, en esta ocasión nos explica que no debemos luchar contra nuestra naturaleza por mucho que otros nos dañan. Hay que tomar precauciones, pero no debemos dejar de ser quienes somos ni actuar en contra de lo que somos.Había una vez un sabio monje que paseaba junto a su discípulo en las orilla de un río. Durante su caminar, vio como un escorpión había caído al agua y se estaba ahogando, y tomó la decisión de salvarlo sacándolo del agua. Pero una vez en su mano, el animal le picó.
El dolor hizo que el monje soltara al escorpión, que volvió a caer al agua. El sabio volvió a intentar sacarlo, pero de nuevo el animal le picó provocando que le dejara caer. Ello ocurrió una tercera vez. El discípulo del monje, preocupado, le preguntó por qué continuaba haciéndolo si el animal siempre le picaba.
El monje, sonriendo, le respondió que la naturaleza del escorpión es la de picar, mientras que la de él no era otra que la de ayudar. Dicho esto el monje tomó una hoja y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del agua y salvarlo sin sufrir su picadura".
Otro cuento procedente de la India, en esta ocasión nos explica que no debemos luchar contra nuestra naturaleza por mucho que otros nos dañan. Hay que tomar precauciones, pero no debemos dejar de ser quienes somos ni actuar en contra de lo que somos.
A mí ya me han picado mucho. Un beso
ResponderEliminarSi está todo en orden, magnífico, nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarSaludos
Has empezado la andadura con una historia que nos deja en reflexión.Besos Fiaris.
ResponderEliminarTe he dejado un comentario y ha pasado algo raro. No sé si se habrá publicado.
ResponderEliminarUna enseñanza muy aprovechable.
ResponderEliminarSabio cuento.
ResponderEliminarUn abrazo 🌺
Y también entender que los demás son como son y que no podemos cambiarlos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Me alegra que vuelvas a publicar porque te echo mucho de menos cuando no estás.
Profunda historia y si no debemos ir contra nuestra esencia a pesar de lo que los otros quieran. Te mando un beso. Es bueno leerte de nuevo.
ResponderEliminarCelebro que esté todo en orden. Bienvenida.
ResponderEliminarNo debo ser yo de la misma naturaleza que el monje.
Un abrazo.
Gran inteligencia la del monje y muy bien por enseñar a su discípulo.
ResponderEliminarUn gran abrazo Fiaris y feliz resto de semana.
No se puede ir contra nuestra propia naturaleza... pero vaya, hemos de intentar no dañar a nadie.
ResponderEliminarQué buena reflexión!
ResponderEliminarUn abrazo amiga :)
Será muy bonita esta historia y su final, pero yo nunca intentaría salvar a un escorpión, porque son venenosos...mi instinto de conservación me dicta que primero debo cuidarme yo antes que cuidar a un insecto. Hace mucho tiempo me picó un alacrán, (que no es venenoso), pero me dejó la planta del pie roja, afiebrada y dolorida, y por supuesto maté al alacrán con mi sandalia. Porque primero pensé en mis hijos que estaban pequeñitos en aquel entonces, y la picadura de ese bicho podría haberles hecho mucho más daño que a mí. Y para prevenir eso lo maté. Esos "sabios" parecen querer más a los insectos que a los seres humanos....y eso a mí no me cuadra, Fiaris. Te dejo mi abrazo.
ResponderEliminarMe he alegrado de leerte, Fiaris. Gracias por esos cuentos que nos ayudan a recordar lo que somos.
ResponderEliminarAbrazos
Hay que tomar precauciones con los escorpiones...Cada cual es como es y no va a cambiar...Prevenir antes que curar. Me alegro que todo vaya bien, Fiaris.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi cariño.
Se nos olvida que la vida es corta,y que todo es pasajero. Que lo que damos vuelve que lo que callamos pesa. Que las personas pasan. Que las deudas se pagan, que las heridas se sanan. Y que el tiempo no regresa.
ResponderEliminarAplaudo tu regreso y que todo esté bien.
ResponderEliminarMil besos, preciosa.
La reflexión del monje es muy buena, pero yo no se si lo salvaría. me dan miedo todos los bichos. Me alegro que todo esté bien. Espero que no te moleste decir que el cuento se te ha publicado dos veces.
ResponderEliminarAbrazos.