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"Érase una vez un estudiante de zen que se lamentaba de que no podía meditar, ya que sus pensamientos se lo impedían. Este le dijo a su maestro que sus pensamientos y las imágenes que generaba no le dejaban meditar, y que aún cuando se iban unos instantes al poco volvían con mayor fuerza, no dejándoles en paz. Su maestro le indicó que esto sólo dependía de sí mismo, y que dejara de cavilar.
Pero el estudiante siguió indicando que los pensamientos le confundían y no le dejaban meditar en paz, y que cada vez que procuraba concentrarse le aparecían pensamientos y reflexiones de manera continuada, a menudo poco útiles e irrelevantes.
A esto el maestro le propuso que cogiera una cuchara y la sostuviera en la mano, mientras se sentaba e intentaba meditar. El alumno obedeció, hasta que de pronto el maestro le indicó que dejara la cuchara. El alumno lo hizo, dejándola caer al suelo. Miró a su maestro, confuso, y este le preguntó que quién agarraba a quién, si él a la cuchara o la cuchara a él".
Este breve cuento parte de la filosofía zen y tiene origen en el budismo. En él se nos hace reflexionar sobre nuestros propios pensamientos, y el hecho de que debemos ser nosotros quienes tengamos el control sobre ellos y no a la inversa.
Profunda reflexion. Lo que pensamos se refleja en nosotros y nuestra actitud. Te mando un beso.
ResponderEliminarSi dominamos nuestra mente, todo nos resultará más sencillo en nuestro diario existir.
ResponderEliminar¡Fuerte abrazo!
Me gusta la filosofía. Un profundo y didáctico texto que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarTe envío besos.
Puede ser cierta siempre y cuando no tengas una enfermedad mental.
ResponderEliminarSaludos
Una buena reflexión pensamos que somos dueños y puede que si pero no del todo. Abrazos
ResponderEliminarBuena reflexión. Un beso
ResponderEliminarVoy a por una cuchara.
ResponderEliminarBesos.
Una reflexión inteligente que bien merece la pena amiga Fiaris.
ResponderEliminarUn gran abrazo y feliz fin de semana.
Interesante cuento.
ResponderEliminarExcelente reflexión nos traes.
ResponderEliminarMil besos, amiga Fiaris.
A veces no hay que luchar tanto por el control, solamente observar...
ResponderEliminarUn saludín ;)
A veces el cerebro nos exige demasiado ja.... saludos!
ResponderEliminarInstructivo cuento. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente entrada Fiaris, a estos pensamientos intrusos, les llamo egos. Hay que eliminarlos definitivamente.
ResponderEliminarUn abrazo y muy buena semana.
Buena reflexión Fiaris, aunque no siempre podemos dominar al pensamiento.
ResponderEliminarAbrazos.
Letras muy reflexivas Saludos
ResponderEliminarUna interesante historia con una buena reflexión.
ResponderEliminarMuchas veces es realmente difícil alejar los pensamientos, desconectarse del mundo y meditar, cuando hacía yoga, muchas veces me pasaba lo que al alumno de la historia.
Saludos. PATRICIA F.
Hola Fiaris, es facil decirlo pero que a veces cuesta hacerlo.
ResponderEliminarBesos.