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Había una vez un niño que delataba a todos, cuando alguien preguntaba quien hizo o dijo algo en específico, el niño de inmediato decía al nombre de quien lo había hecho. En su colegio, ningún otro niño hablaba, ya que todo lo respondía el niño. Y por falta de uso, los demás fueron poco a poco perdiendo sus bocas y no podían decir nada.
El niño se sentía solo y aburrido, los demás no podían hablarle y tampoco querían estar con él, ya que lo culpaban por haberlos dejado sin boca. Entonces, el niño tuvo que buscar una forma de arreglarlo, y la mejor idea que tuvo fue hacer preguntas y no contestarlas, para ver si alguien podía hacerlo. Su truco funcionó, las bocas de los demás empezaron a aparecer y abrirse nuevamente.
Así, el niño pudo hablar con sus compañeros y decidió dejar de delatar a todos, porque entendió que era mejor dejar que las personas contaran sus secretos a su propio tiempo, e incluso si decidían no hacerlo, estaba bien.
Moraleja
No cuentes los secretos de los demás.
Los secretos son para mantenerlos en secreto, hasta que les llega su tiempo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana Fiaris. Un beso
Buena enseñanza nos dejas
ResponderEliminarRespetar los secretos del próximo
Y vivirás en paz con tu entorno
Saludos
Mucho mejor!!!
ResponderEliminarBuena reflexion uno no debe ni divulgar secretos ni meterse en la vida delos demás. Te mando un beso.
ResponderEliminarYo prefiero no saber los secretos de nadie.
ResponderEliminarAsí no hay riesgo alguno.
Besos.
Una cosa es contar secretos y otra decir verdades. Un beso
ResponderEliminarSi quieres que las cosas no se sepan, mejor te las callas y no las cuentes a nadie, así se cumplirá el refrán que dice: "en boca cerrada no entran moscas".
ResponderEliminarMuy buena moraleja. Los demás también tienen derecho de expresarse y hay que ser discretos
ResponderEliminar¿Has mejorado, amiga? Eso espero.
Un fuerte abrazo.
Boa tarde Fiaris. Se contamos alguma coisa para alguém e pedimos segredo é porque se faz necessário. Infelizmente muitos quebram a confiança.
ResponderEliminarEs un cuento con mucha enjundia, que algunas personas deberían aplicarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, contar las cosas ajenas es mala cosa, que cada uno debe contar lo que quiera y a quien quiera y no que se vaya chismorreando a las espaldas.
ResponderEliminarMuchos besos.
No es buena cosa contar las cosas de los demás y si te confían un secreto que tu boca quede sellada. Un abrazo
ResponderEliminarBuenas tardes, amiga Fiaris, después de ese corto espacio de inactividad pasando a saludar a las amigas y amigos.
ResponderEliminarUna buena moraleja que algunos deberían de aplicar.
Un gran abrazo y feliz semana.
Así es, hay que saber guardar los secretos ajenos, y también los nuestros de preferencia, Fiaris. Un abrazo.
ResponderEliminarBuena moraleja, es una enseñanza. Un abrazo
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